WASHINGTON (AP) — El gobierno de Barack Obama dio el martes el primer indicio explícito de que podría retirar todos sus soldados de Afganistán después de diciembre de 2014, una opción que contraviene la postura oficial hasta ahora del Pentágono acerca de que sería necesario mantener miles de soldados, tanto para mantener a raya a la red terrorista al-Qaida como para reforzar a las tropas afganas.
“Estados Unidos no tiene un objetivo inherente de ‘x’ número de efectivos en Afganistán”, dijo Ben Rhodes, un asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca. “Tenemos el objetivo de asegurarnos de que no haya refugio para al-Qaida en Afganistán, y asegurarnos de que el gobierno afgano tiene una fuerza de seguridad suficiente para garantizar la estabilidad”, agregó.
Estados Unidos tiene actualmente 66.000 efectivos adscritos a Afganistán, debajo de los casi 100.000 que tenía en 2010. Estados Unidos y la OTAN acordaron en noviembre de 2010 que retirarían todas sus tropas de combate para finales de 2014, pero aún deben decidir qué misiones futuras serán necesarias y cuántos soldados requerirían.
El riesgo que se corre con el retiro de fuerzas militares es el posible colapso de Afganistán y que resurja el caos que vivió en la década de 1990, que permitió que el Talibán se hiciera del poder y diera refugio a la red de Osama bin Laden. Se presume que menos de 100 combatientes de al-Qaida continúan en Afganistán, aunque un número mayor se ubican en guaridas fronterizas del vecino Pakistán.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, ha dicho que se requiere una fuerza estadounidense de contraterrorismo después de 2014, más un contingente que entrene a las tropas afganas, una idea que haría necesario mantener 9.000 efectivos en el país.
Funcionarios del ejecutivo han dicho que sopesan diversas opciones para una fuerza estadounidense residual en Afganistán, que va de los 3.000 a los 15.000 efectivos.
Al preguntarle en conferencia telefónica con reporteros si cero era una opción, Rhodes respondió: “Esa sería una opción que contemplaríamos”.
Su declaración podría interpretarse como parte de una estrategia de negociación. El presidente afgano, Hamid Karzai, tiene programada una reunión con Obama para el viernes en la Casa Blanca, donde analizarán la manera de consolidar una alianza más allá de 2014.
Existen varias divergencias entre los mandatarios, entre ellas la exigencia de Estados Unidos de que se otorgue inmunidad judicial a todos los efectivos estadounidenses que queden en Afganistán cuando concluyan las misiones de combate.
Karzai se ha resistido a la petición, aunque ha enfatizado la necesidad de apoyo estadounidense a gran escala para mantener una fuerza de seguridad efectiva después de 2014.
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La periodista de The Associated Press Kimberly Dozier contribuyó a este despacho.
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