Cada 4 de febrero se conmemora en todo el mundo el Día Mundial Contra el Cáncer. Una fecha que se viene celebrando desde hace ya 14 años, en la que conviene que no nos olvidemos de una de las enfermedades más frecuentes y, a la vez, temidas, de nuestro entorno. De hecho, el cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo. Sólo en 2013, 14,1 millones de personas fueron diagnosticadas de cáncer en todo nuestro planeta. Una cifra que puede asustar, aunque es obligado (y además positivo), continuar la frase como toca: aumenta el número de pacientes, sí, pero aumenta también el número de valientes que vencen a esta enfermedad.
Año tras año se van llevando a cabo avances que facilitan la detección precoz y contribuyen al descenso de los índices de mortalidad debidos a la enfermedad. Aproximadamente el 40% de los cánceres se pueden prevenir, por eso es fundamental seguir trabajando en el camino de la investigación.
La Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) ha lanzado este año una campaña mundial destinada a erradicar mitos y concepciones erróneas que aún existen sobre el cáncer. Y los resume en cuatro puntos: no es necesario hablar del cáncer, no existen signos ni síntomas del cáncer, no hay nada que pueda hacer respecto al cáncer y no tengo derecho a recibir atención sanitaria para el cáncer.
Además, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos determinó que una dieta sana evita la aparición de cáncer más de lo que nos pensamos. Aseguraban que el 35% de los tumores tienen su origen en factores relacionados con la alimentación. Y es que, una dieta sana, neutraliza los radicales libres y reduce la posibilidad de desarrollo de células cancerígenas.