“Reciben e-mails del más allá”

Ante la posibilidad de que esos correos hayan sido una broma, ellos señalan que nadie tenía la contraseña de la cuenta y que no creen que haya sido “hackeada”.

 

Como relata el sitio Dailymail.co.uk, Jack Froese era un hombre de 32 años de edad, quien murió repentinamente en junio de 2011, a causa de una arritmia cardiaca.

Froese vivía en Pensilvania, Estados Unidos, donde también radican familiares y amigos, quienes sufrieron la pérdida de su ser querido, y recibieron misteriosos correos electrónicos que “llegaron del más allá”.

Sin embargo, se dio un acontecimiento inusual, ya que después de cinco meses de la muerte de Jack, el que fuera su mejor amigo, Tim Hart y su primo, Jimmy Jack McGraw, recibieron un e-mail del difunto.

El primer correo le llegó a Tim Hart, quien en entrevista con la BBC, dijo se sorprendió mucho al recibir el mensaje de su amigo fallecido: “Una noche de noviembre, yo estaba sentado en mi sofá, checando mis correos electrónicos en mi teléfono y fue como lo vi”.

Lo que decía el correo era breve y sin rodeos, en el asunto se leía: “Te estoy mirando” y en el texto del mensaje, sólo tres frases: “¿Me has oído? Estoy en tu casa. Limpia tu ático”.

Hart asegura que se trata de una conversación muy personal entre ambos, y que se puso de color blanco cuando lo leyó. Comentó que poco antes de la muerte de Froese, los dos tuvieron una conversación, a solas, en su ático, en la cual su amigo se burlaba de él por el desorden y el polvo que había.

Ellos habían sido inseparables durante 17 años, hasta la muerte de Jack: “Él era mi mano derecha y mejor amigo”, mencionó Tim.

En el mismo mes de noviembre, Jimmy Jack McGraw, primo del difunto, recibió un correo que tenía como remitente el nombre de Jack Froese. En éste, Jack le hablaba sobre una lesión que Jimmy había sufrido semanas atrás.

“Hola, ¿qué tal estás? Sabía que te ibas a romper el tobillo, intenté avisarte. Tienes que tener más cuidado”.

Jimmy sabe que Jack ya no está, pero le agrada que aún se quiera comunicar con él: “Me gusta pensar que Jack me lo ha mandado. Es como si se hubiera ido, pero todavía quisiera hablar conmigo, decirme que tengo que seguir adelante, que me sienta mejor”.

Ante la posibilidad de que esos correos hayan sido una broma, ellos señalan que nadie tenía la contraseña de la cuenta y que no creen que haya sido “hackeada”.

Mientras tanto, el misterio de dónde provienen los mensajes sigue latente, pero los amigos y familiares señalan que no quieren averiguarlo, pues han tomado estos correos como un regalo.

Cabe destacar que Tim Hart respondió el correo, pero no ha obtenido respuesta alguna.

 

Fuente Vocero.com

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