Trabajadores inmigrantes observan cómo es firmada una propuesta de ley frente a la legislatura estatal el miércoles 5 de junio de 2013 en Montpelier, Vermont, en la que se autoriza a los jornaleros agrícolas que ingresaron al país sin autorización a que conduzcan vehículos en Vermont. La Cámara de Representantes controlada por los republicanos rechazó el jueves 6 de junio en una votación la política del presidente Barack Obama de poner fin a la deportación de cientos de miles de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran niños. (Foto AP/Toby Talbot)
WASHINGTON (AP) — La Cámara de Representantes controlada por los republicanos rechazó el jueves la política del presidente Barack Obama de poner fin a la deportación de cientos de miles de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran niños, en una decisión que la Casa Blanca calificó como “una señal muy interesante para la comunidad latina”.
La medida, rechazada por 224 sufragios a favor y 201 en contra, se realizó de acuerdo con las líneas partidistas y se produce en momentos en que el Congreso trabaja para reorganizar el sistema que regula la llegada de inmigrantes a Estados Unidos.
La cámara baja tomó la decisión al concluir su trabajo sobre el proyecto de gastos del Departamento de Seguridad Nacional.
La directora de política interna de la casa Blanca, Cecilia Muñoz, calificó la medida como “una señal muy interesante” sobre la aplicación de las leyes migratorias porque “es muy claro que necesitas establecer prioridades. Según la ley, se espera que los agentes deporten a 11 millones de personas. Si no estableces prioridades, entonces terminas sin la capacidad de concentrar tu atención en las personas convictas de los crímenes más serios”.
Según Muñoz, la medida en la cámara “envía un mensaje muy interesante a la comunidad latina porque busca anular la suspensión de deportaciones para los Dreamers, quienes están entre los grupos más importantes de este debate”.
En junio de 2012 Obama anunció el programa que posterga la deportación para muchas personas que fueron traídas al país cuando eran niños, los llamados “dreamers”. Los solicitantes de ese indulto deben haber llegado antes de cumplir 16 años, ser menores de 31 en la actualidad, haberse graduado de la secundaria o estar estudiando, o haber servido en las fuerzas armadas. Tampoco deben tener antecedentes penales graves.
La Ley DREAM, uno de los elementos con respaldo más generalizado de la reforma migratoria, les concedería a estos inmigrantes el estatus legal.
El programa de Obama, ordenado por iniciativa del poder ejecutivo, no le da a ese tipo de inmigrantes el estatus legal, pero al menos los protege de ser deportados durante dos años.
El republicano Steve King, patrocinador de una enmienda a ese programa, se opone firmemente a un relajamiento en las leyes que regulan la inmigración en Estados Unidos. Dijo que cualquier cambio en las políticas estadounidenses debería ser implementado por el Congreso, no orquestado por el mandatario.
“Sin importar lo que la gente piense sobre la política de inmigración inminente aquí en Estados Unidos, no podemos permitir que la rama del poder ejecutivo usurpe la autoridad legislativa del Congreso” del país, afirmó King durante un debate el jueves por la noche. “Si permitimos que eso ocurra en la inmigración, podría ocurrir en cualquier cosa”.
Los demócratas se opusieron a la medida y el hecho de que le fuera agregada la enmienda desalentó el respaldo de ese partido al proyecto de gastos subyacente. Consideran que es injusto deportar a la gente que fue traída a la nación cuando era menor de edad. Para muchos de esos inmigrantes, Estados Unidos es el único país que conocen.
“No debemos responsabilizar a los niños de las acciones de los adultos y de sus padres. Debemos darles una oportunidad”, dijo el representante demócrata Luis Gutiérrez.