RIO DE JANEIRO (AP) — La multitud presente en el singular carnaval efectuado el domingo en las calles de Río de Janeiro fue decididamente extravagante, pues la mitad eran humanos y la otra eran perros, aunque el contingente canino fue a todas luces el mejor vestido.
Varios cientos de asistentes de las dos especies participaron en la 11ma edición de la llamada Blocao, la más allegada a los animales de las casi 500 “blocos” o fiestas agitadas con mucho alcohol que paran el tráfico durante el Carnaval de Río de Janeiro.
Los propietarios de mascotas —en chanclas, pantaloncillos y camisetas— desfilaron por la playa de Copacabana con canes de varias razas que portaban elegantes camisas de cuello alto, tutús rosas, sombreros cómicos, esmóquines a rayas con capas de raso y una amplia diversidad de atuendos para los participantes de cuatro patas.
Las personas se meneaban y contoneaban al sonido de la samba con tradicionales melodías de carnaval que brotaba estruendosamente de un camión con altoparlantes, adecuadamente disfrazado de perro.
“Por lo general no me gustan los blocos, pero a ella le fascina”, dijo Angélica Nieva, orgullosa propietaria de una mezcla de poodle y yorkie, Belinha, la cual llevaba un suelto vestido blanco de novia y un velo recatado. “Se está divirtiendo como nunca”.
Aunque Cica es una veterana de este tipo de actividades, las fiestas nunca dejan de encantarle a la minipinscher, de 10 años de edad, vestida para la ocasión como hawaiana con una maraña de oropel, dijo su propietaria, Sonia Rainho, de 78 años.
Entre los canes, el ambiente fue pura cordialidad. Apenas si se escuchó un gruñido y las colas no pararon de menearse.