Tenía 63 años y fue conocido por hacer reír a generaciones durante décadas en la gran pantalla. Robin Williams, ganador de un Oscar, ha conmocionado al mundo con su muerte repentina en su apartamento de Tiburón, cerca de San Francisco. Las autoridades policiales acudieron a la residencia del actor tras recibir una llamada de socorro y cuando llegaron, el intérprete de películas como Mrs. Doubtfire o Good Will Hunting, se encontraba inconsciente y sin respiración. Las primeras hipótesis de la policía de Marin, California, apuntan a que Williams podría haber muerto por suicidio asfixiándose.
La muerte del actor estadounidense ha sorprendido al mundo e incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su familia han lamentado su muerte en un comunicado: “Llegó a nuestras vidas como un extraño pero terminó tocando cada elemento del espíritu humano. Nos hizo reír. Nos hizo llorar“.