Según el último informe del forense, el auto en el que viajaba Paul Walker iba a 160 kph (100 mph) o más antes de estrellarse, matando al astro de Fast & Furious y al conductor. El reporte difundido el viernes por la oficina del forense del condado de Los Ángeles concluye que los investigadores no hallaron problemas mecánicos con el Porsche ni problemas en la calzada.
También dice que no se detectó alcohol ni drogas en el sistema de ninguno de los hombres el día del accidente fatal pero que sí conducían a una velocidad peligrosa. Establece que ambos murieron el 30 de noviembre de manera accidental y por una combinación de lesiones traumáticas y térmicas.
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