En la primera homilía del año, el papa Francisco I dijo que estamos llamados a darnos cuenta de la violencia y de la injusticia presente en tantas partes del mundo, que no nos pueden “dejar indiferentes e inmóviles” porque “es necesario un compromiso de todos para construir una sociedad más justa y solidaria“. El papa habló así antes del rezo del Ángelus a los participantes en la Marcha de la Paz, promovida por la comunidad católica de San Egidio, con motivo de la 47 Jornada Mundial de la Paz, con el lema “Fraternidad, fundamento y camino para la paz“, basada en el mensaje papal publicado el pasado 12 de diciembre.
Desde la ventana del apartamento papal del Palacio Apostólico, el pontífice aseguró que el mensaje tiene como base la convicción de que todos somos hijos del único Padre del cielo, “formamos parte de la misma familia y compartimos un destino común“. Ante miles de peregrinos y fieles, que abarrotaban la Plaza de San Pedro en un soleado primer día de 2014, el papa insistió en que había recibido una carta de un señor que hablando sobre las guerras le preguntaba qué estaba sucediendo en el corazón del hombre, una pregunta que hacía suya y repitió dos veces: “Ya es hora de parar” (la guerra).