El domingo a las 02.00 de la mañana hora local, los estadounidenses tendrán que adelantar sus relojes una hora, con lo que el horario pasará a ser oficialmente las 03.00 de la madrugada y, de este modo, ajustarse al horario de verano y ganar una hora de luz natural, lo que a su vez permitirá ahorrar energía
Esta práctica encuentra sus orígenes en una sugerencia de Benjamin Franklin, quien en un escrito de 1784 estimó que adelantar la hora al inicio de la primavera podría permitir un ahorro considerable en velas.