Nelson Mandela, un luchador incansable contra el apartheid y uno de los estadistas más preciados del siglo XX ha fallecido a los 95 años. “Hemos perdido al más grande de nuestros hijos“, dijo el presidente sudafricano Jacob Zuma el jueves al hacer el anuncio en conferencia de prensa.
Desde antes de haber estado preso durante 27 años y después de haber sido presidente de su país y activista humanitario, Mandela, libertador de los negros de Sudáfrica, siempre se distinguió por su gran disciplina y su agudo realismo que le valió amistades y aliados incluso entre los blancos.
Meses atrás, cuando su salud se deterioró y parecía inminente su muerte, líderes internacionales, celebridades, atletas y otros elogiaron a Mandela no solamente como el hombre que guió a Sudáfrica en su tensa transición de un régimen racista a la democracia hace dos decenios, sino también como un símbolo universal de sacrificio, reconciliación y paz.
Hoy el mundo entero llora su muerte. En Washington, Barack Obama declaró que el mundo ha perdido a un hombre “profundamente bueno“, influyente y valiente, con la muerte del icono de la lucha contra la segregación racial. “Ya no nos pertenece. Pertenece a las eras“, dijo Obama en una sombría conferencia de prensa desde la Casa Blanca.