Cientos de policías y agentes de seguridad, coordinados por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, vigilarán por cielo, mar y tierra la realización del Super Bowl de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) el próximo domingo.
Los alrededores del estadio de los Gigants se convertirán en las zonas más vigiladas del país. Tanto las salidas del tren subterráneo como las carreteras más importantes de acceso al lugar, estarán custodiadas como nunca por agentes federales, observadores de comportamiento, equipos detectores de radiación y revisiones de equipaje aleatorias en puntos de tránsito, así como perros encuentran adiestrados para el gran evento.
El gobierno ha catalogado el Super Bowl XLVIII como un “acontecimiento de importancia nacional” y una de las claves de la seguridad, será el acceso al estadio, en el que, a diferencia de otros escenarios de este deporte, el transporte público es básico. Se espera que una gran cantidad de aficionados utilicen este transporte para llegar al inmueble.