Karlovy Vary, República Checa.- Susan Sarandon, una de las estrellas de la presente edición del festival de cine de Karlovy Vary, arremetió hoy contra los estudios de cine de Hollywood, a los que tachó de “poco imaginativos”.
“Hollywood es muy poco imaginativo, y lo ha sido por mucho tiempo. No sabían cómo sacar Jeff, Who Lives at Home. Si es algo atípico y de bajo presupuesto, entonces te lo tiran a la basura”, declaró la actriz neoyorquina en una rueda de prensa.
La artista presentó hoy en la ciudad balneario la comedia “Jeff who lives at home” de los realizadores Jay y Mark Duplass, y uno de sus últimos trabajos como intérprete, el cual apenas ha gozado del apoyo de la distribución en EE.UU.
“Trata de un fenómeno muy comprensible porque la economía está tan mal que es muy fácil hacer todo lo posible para tener éxito y al final no lograr abrirse paso en la vida. Pero resulta muy bueno para conocer a los hijos”, dijo sobre la historia del treintañero Jeff, que no logra volar del hogar materno.
Sarandon, que obtuvo en 1995 el óscar a la mejor actriz en “Dead Man Walking” (“Pena de muerte”), habló también de las dificultades que tuvo su marido, Tim Robbins, para producir esta cinta, en la que Sarandon encarna a la monja Helen Prejean.
“Desde que surgió la idea de hacer Dead Man Malking hasta que Tim la hizo, tardó mucho”, se lamentó la actriz.
La estadounidense ve como positivo que ahora “las redes sociales son suficientes para mantener las películas y es más fácil. Antes dependían más de los artículos de prensa”.
Pero la distribución sigue siendo un problema en el mundo del cine y es algo que, en su opinión, consume demasiadas fuerzas de los realizadores independientes.
“La producción no es difícil, ya que como mujer de producción de una familia estoy acostumbrada a ello, y es muy divertido”, bromeó Sarandon, pero “lo que me saca de quicio es lo que viene después: la distribución”.
Sarandon también arremetió contra el festival de Cannes, en la costa azul francesa.
“No me gusta ir a Cannes, lo he dado a entender y ahora seguro que no me van a invitar. Pero sí me gusta Venecia”, dijo la que fuera compañera sentimental del director francés Louis Malle.
En la década de los 80 y 90 la actriz obtuvo numerosas nominaciones a la estatuilla, con películas como “Atlantic City” de Malle, “Thelma y Louise” de Ridley Scott, “Lorenzos Oil” (“El aceite de la vida”) de George Miller, o “The Client” (“El cliente”) de Joel Schumarcher.
No fue hasta “Dead Man Malking” (“Pena de muerte”) cuando Sarandon obtuvo la preciada estatuilla de Hollywood, un papel muy complejo y sobre el que hoy también bromeó: “Me siento mejor haciendo el papel del hombre malo (como el que interpretó en Thelma y Louise) que el de una monja”.
Aquel libro sobre la historia de la monja Helen Prejean, del que Sarandon adquirió los derechos para que Tim Robbins escribiera el guión, “involucraba a gente estupenda, y por eso era difícil”.
“Creíamos que iba a ser una cinta aburrida. Tenía que animar todo el rato a Sean (Sean Penn, que encarna a Patrick Sonnier, un condenado a muerte) a rezar. Y por eso no podía actuar, ni ser competitiva como actriz. Pero recibí el óscar”, recordó.
Preguntada, por otra parte, sobre las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU., Sarandon afirmó: “El Tea Party nos ha divertido mucho a todos, pero sobre todo ha logrado dividir a los republicanos, lo que es muy útil”.
Tuvo palabras positivas para el llamado “Obama-Care”, la reforma del sistema sanitario que impulsó el presidente Barack Obama, y que “va bien”, aunque reconoció que “la gente joven está insatisfecha con Obama”.
“Creo que va a ganar aunque va a estar muy justo el resultado”, añadió la actriz.
Sarandon, de 65 años, recibirá mañana, durante la gala de entrega de premios de la 47ª edición de Karlovy Vary, el Globo de Cristal del certamen centroeuropeo por su contribución a la cinematografía mundial.