CARACAS, Venezuela (AP) — Miles de empleados públicos y simpatizantes del gobierno vestidos de rojo, que alzaron banderas venezolanas y carteles a favor del presidente Hugo Chávez, se concentraron el miércoles en diferentes calles de la capital para unirse a la marcha en conmemoración del establecimiento de la democracia tras la caída de la dictadura militar en 1958.
El oficialismo y la oposición recordaron la fecha en actos separados en medio de una intensa polarización y la incertidumbre por las complicaciones de salud que enfrenta el mandatario de 58 años, quien permanece en La Habana recuperándose de una compleja operación a la que fue sometido el 11 de diciembre por la reincidencia del cáncer.
Entre ruidosas cornetas y pitos, y al ritmo de canciones folclóricas, de pop y salsa, miles de manifestantes marcharon desde varios puntos de Caracas hacia la populosa barriada pobre del 23 de Enero, al oeste de la capital, donde se congregaron para hacer una concentración callejera.
“Más allá de las consignas de un pueblo gritando democracia y de la buena intención no se logró hilvanar el liderazgo unificador que representara toda la energía revolucionaria que despertó el 23 de enero”, expresó el vicepresidente Nicolás Maduro, ante miles de simpatizantes oficialistas, al fustigar a los partidos tradicionales, que gobernaron en el país entre 1959 y 1998, a los que señaló de haber “traicionado” al pueblo que salió a las calles hace 55 años para terminar con la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.
Ante una masa de seguidores que gritaba “todos somos Chávez”, Maduro, vestido de traje deportivo, dijo que tras la llegada de la “revolución” de Chávez en 1999 se impuso en Venezuela la “dignidad”, la “inclusión”, la “igualdad”, la “justicia social”.
El vicepresidente aprovechó el acto para anunciar que en las próximas horas viajará a La Habana, junto con el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, para visitar a Chávez, quien aseguró que “ha logrado remontar la cuesta” de un post operatorio “muy difícil”, y “ya va transitando el camino para una nueva etapa”.
Maduro dijo que “nosotros tenemos ya algunas semanas haciendo un seguimiento de grupos que se han infiltrado en el país y tienen el objetivo de atentar” contra él y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y dijo que “no se sorprendan con las acciones que se tomarán en las próximas horas y en los próximos días” ante ese presunto complot.
En medio de la marcha el ministro de Relaciones Interiores, general Néstor Reverol, dijo a la televisora estatal que los cuerpos de seguridad han recibido informaciones de que la “ultraderecha venezolana” y actores de la “ultraderecha del exterior” están “planificando un atentado” contra Maduro y Cabello, pero no ofreció detalles.
Reverol indicó que ante las informaciones que manejan decidieron “reforzar la seguridad” de los dos funcionarios y destacó que los organismos de inteligencia están activos.
El gobernador del estado central de Miranda y ex candidato presidencial opositor, Henrique Capriles, desestimó el anuncio. “Atentados hay todos los días contra los más de 50 venezolanos que pierde la vida todo los días”, dijo durante la concentración de la oposición en un estadio deportivo de la zona este de la ciudad.
En años anteriores la oposición había utilizado la fecha para protestar contra el gobierno de Chávez al que señalan de no actuar de manera democrática y de vulnerar las libertades.
“Ahora si estamos realmente viviendo una democracia”, dijo Gladys Camacho, una ama de casa de 57 años, que salió a las calles del centro de la capital a marchar para expresar su respaldo a Chávez y al gobierno. Afirmó que el mandatario “está presente con nosotros, en nuestro corazón, y como presencia aquí”, indicó mientras abrazaba con su mano izquierda un pequeño muñeco con el rostro del mandatario vestido de traje militar y boina roja.
“No nos importa que (Chávez) esté ausente porque aquí está todo un pueblo gobernando como si él estuviera. Claro, lo necesitamos obviamente, lo necesitamos y queremos que venga, pero en su ausencia está todo un pueblo gobernando aunque él no esté”, afirmó la profesora universitaria Alicia Gallegos, de 70 años, en una concentración del oficialismo en el centro de la capital.
Gallegos le restó importancia al hecho de que parte de los venezolanos conmemoraran separados el aniversario de la democracia venezolana, y dijo que “ese grupo de venezolanos (la oposición) no tienen nada que ver con lo que nosotros (los chavistas) estamos luchando aquí”.
Julio Díaz, un dirigente social de 61 años, lamentó que la oposición realizara el acto en un sitio cerrado, y dijo que a pesar de vivir en la barriada del 23 de Enero no puede realizar ningún acto opositor en su comunidad debido a que “si yo salgo con mi gorrita tricolor y una bandera de la organización política que quizás yo pertenezca voy a ser reprimido por los intolerantes”.
Capriles llamó a los opositores a fortalecer la unidad. “Querían una confrontación entre venezolanos. Nosotros no tenemos nada que sacar de la confrontación”, expresó al justificar la decisión que tomó el bloque opositor de no salir a las calles a marchar para no coincidir con los simpatizantes del gobierno. Al ser consultado sobre la situación de salud de Chávez, que permanece en La Habana, Capriles dijo que si el gobernante ya “camina” y “hace chistes” como dicen las autoridades, “¿Por qué no se comuna con el país y le da tranquilidad a sus seguidores y le da tranquilidad a todos los venezolanos?”. Desde que el mandatario viajó a Cuba hace seis semanas no ha emitido ninguna declaración ni ha aparecido públicamente.
“Si el gobierno sigue mintiéndole a los venezolanos pagará muy caro por sus mentiras”, agregó.
El sociólogo y articulista Tulio Hernández dijo a The Associated Press que “lo que pone en evidencia el día de hoy es la profunda fractura, la inmensa división, la fuerte polarización que caracteriza a la sociedad venezolana en el cual uno de los grupos, el grupo en el poder, trata permanentemente de demostrar que el otro grupo, el que disiente, no forma parte de la misma comunidad política sino que son enemigos, no son adversarios”, afirmó Tulio Hernández, sociólogo y articulista del diario local El Nacional.
Aunque algunos analistas criticaron este miércoles, en diferentes artículos de prensa, la decisión opositora de no salir a marchar, Hernández dijo que la oposición hizo lo “correcto” porque “cuando uno está ahogado en desventaja no debe caer en las provocaciones”.
“El chavismo lo que hizo fue una provocación al haber convocado a la misma hora y en el mismo lugar (una marcha)… El chavismo ante la ausencia de su jefe está en un momento de radicalidad y está buscando cualquier pretexto para desatar la violencia institucional y acusar a la oposición de estar subvirtiendo el orden público”, agregó.
El analista dijo que ante la decisión del oficialismo de “radicalizar el proceso”, a la oposición solo le queda “resistir”.
Associated Press
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